Probablemente hayan visto una encuesta situada arriba a la izquierda de esta página, que tenía como objetivo capturar la impresión de los transeúntes con respecto al futuro de esta bitácora.
Si se fijan bien, hubo 13 votos apoyando la idea de eliminar el blog, ya sea inmediatamente o después de haber publicado la última canción de mis 22 favoritas de todos los tiempos; y 17 votos de gente que quiere que esto siga, ya sea por un tiempo más, para siempre, o de manera más profesional.
En honor a la verdad, me importan un comino esos votos :) Por esos días hubo ataques muy ácidos a mi persona en otro blog ante la envidia y animadversión que genera el hecho de que uno dedique parte de su tiempo al activismo digital, explicado aquí mismo hace un tiempo atrás.
No vale la pena explayarse más al respecto. No alcanza a ser ni la mitad de un pelo de la cola. Esta despedida fue anunciada hace meses. Hoy cierro un ciclo importantísimo. Comencé a compartir muchos trozos de mi vida con ustedes el año 2004, en el departamento de mi amigo Cristián Brito, escuchando System of a Down y respirando Faith No More, Depeche Mode y Gustavo Cerati.
Los cientos de personas que frecuentaron este lugar, han sido testigos de grandes momentos de mi vida. He escrito sobre política, tecnología, solidaridad, sexo, cine, amor, entre otros tantos temas. Todos ellos acompañados, la mayor parte de las veces, de mi droga favorita: la música. He pasado noches enteras cambiando una palabra por otra, rearmando frases para que interpretaran mejor lo que quería transmitir. Leí y respondí a prácticamente todos los comentarios que me han hecho.
http://chuqui.blogspot.com seguirá visible y abierto, pero yo me propuse dar vuelta la hoja y comenzar con nuevos proyectos. Tengo la certeza de que puedo seguir siendo un gran aporte a la blogósfera, esta vez de manera más rigurosa y, si se quiere, profesional. Dedicaré algunas semanas para concretar el próximo paso y les avisaré oportunamente dónde me pueden encontrar.
Con un nudo en la garganta les digo gracias. Toneladas de agradecimientos y abrazos. Y como buen melómano, no me puedo despedir si no es con una canción. Apliquen audífonos, presionen play y disfruten de este himno.
You can't kill rock&roll
Chuqui
Si se fijan bien, hubo 13 votos apoyando la idea de eliminar el blog, ya sea inmediatamente o después de haber publicado la última canción de mis 22 favoritas de todos los tiempos; y 17 votos de gente que quiere que esto siga, ya sea por un tiempo más, para siempre, o de manera más profesional.
En honor a la verdad, me importan un comino esos votos :) Por esos días hubo ataques muy ácidos a mi persona en otro blog ante la envidia y animadversión que genera el hecho de que uno dedique parte de su tiempo al activismo digital, explicado aquí mismo hace un tiempo atrás.
No vale la pena explayarse más al respecto. No alcanza a ser ni la mitad de un pelo de la cola. Esta despedida fue anunciada hace meses. Hoy cierro un ciclo importantísimo. Comencé a compartir muchos trozos de mi vida con ustedes el año 2004, en el departamento de mi amigo Cristián Brito, escuchando System of a Down y respirando Faith No More, Depeche Mode y Gustavo Cerati.
Los cientos de personas que frecuentaron este lugar, han sido testigos de grandes momentos de mi vida. He escrito sobre política, tecnología, solidaridad, sexo, cine, amor, entre otros tantos temas. Todos ellos acompañados, la mayor parte de las veces, de mi droga favorita: la música. He pasado noches enteras cambiando una palabra por otra, rearmando frases para que interpretaran mejor lo que quería transmitir. Leí y respondí a prácticamente todos los comentarios que me han hecho.
http://chuqui.blogspot.com seguirá visible y abierto, pero yo me propuse dar vuelta la hoja y comenzar con nuevos proyectos. Tengo la certeza de que puedo seguir siendo un gran aporte a la blogósfera, esta vez de manera más rigurosa y, si se quiere, profesional. Dedicaré algunas semanas para concretar el próximo paso y les avisaré oportunamente dónde me pueden encontrar.
Con un nudo en la garganta les digo gracias. Toneladas de agradecimientos y abrazos. Y como buen melómano, no me puedo despedir si no es con una canción. Apliquen audífonos, presionen play y disfruten de este himno.
You can't kill rock&roll
Chuqui