Tata, serás mi primer ángel

Hace poco escribí acerca de mis 4 abuelos. Poco después de parir ese post, el papá de mi papá, mi Tata Rubén, fue hospitalizado de urgencia por un coma diabético.

Han pasado cerca de 20 días y su condición es muy grave. No esperaba encontrarme con estos sentimientos tan pronto, pese a que llevo un buen tiempo masticando la idea del fallecimiento de alguno de mis 4 abuelos "rondando por mi mente.

Han sido 20 días agotadores, pero eso es lo de menos. Hoy fue la extremaunción. Sí. Así de rápido. Mi Tata está siendo atacado, simultáneamente y a los 82 años, por una diabetes que lo tiene ciego, una neumonía que no cede, una anemia producto de la pérdida de sangre, y un cáncer sorpresivo y ya completamente ramificado.

Ya lo había dicho: no conozco a nadie más que a los 30 años pueda decir que tiene a sus 4 abuelos vivos. Pero no sé hasta cuándo podré seguir diciendo lo mismo... "Horas...", dijeron ayer los doctores. Pero el aguante de mi Tata por esperar a que su tercer hijo llegue en 24 horas más desde Venezuela nos tiene a todos impactados.

Hoy dejé de contenerme. Hoy me solté y me dejé que mis mejillas se bañaran en lágrimas. Hoy me hundí en la tristeza, y fue fuerte. No harán nada más por seguir estirando el elástico de la poca vida que le queda. Hoy mi Tata está libre, en la habitación de un hospital, destinado a correr su propia suerte. Hoy nosotros lo acompañamos.

Lo acompañamos, lo admiramos, y lo cuidamos. Yo lo besé. Mucho. Puse suavemente mi mano en su brazo y él, haciendo un gran esfuerzo, depositó la suya sobre la mía, en un gesto de.... Me quedé ahí, sintiendo y sufriendo. Pero también gozando con su cariño.

Recordé la frase de mi amiga, la Chikita: "Dale cariño...mucho cariño. Aprovéchalo, dale muchos besos.... así el se irá con el corazón lleno y te dejará su alma". Esa frase caló hondo en mí. Y así lo hice.

Nunca había vivido esto y no sé muy bien cómo reaccionar. Me siento tranquilo. Con un nudo en el estómago, con mucha ansiedad, con una tristeza muy profunda... pero tranquilo.

Decidimos no hacer nada más. Decidimos prepararnos. Decidimos estar juntos, en familia. Él aún está con nosotros en cuerpo y alma. Y yo estaré a su lado mientras siga luchando.

Como diría él, como le escuché cientos de veces decir con humor, cada vez que yo llegaba a invadir la tranquilidad de su hogar: "Aquí estamos... Tranquilos, felices, y contentos..... Hasta ahora..."

Es complicado hilar ideas en este momento. Mis ojos están empañados. Sólo quiero terminar diciendo que, pase lo que pase, he sido muy afortunado de tener a alguien como él cerca. De haber disfrutado a concho con su humor tan característico. Con sus frases célebres. Con su dominó, sus traguitos, sus enseñanzas, sus puzzles, y su magia...

Un abrazo apretado, viejo lindo.